Ahora sus pies son dos pies descalzos que murmuran sobre la arena, mientras la tarde entona una canción callada y desde adentro de sí misma el silencio florece en un crepúsculo que es amanecer y océano, y montaña, y viento, y fuego, y se suceden las noches y los días en una inmensidad que es al mismo tiempo en todas las inmensidades.
[Una mujer alada. Adela Basch]
[Una mujer alada. Adela Basch]
1 comentario:
Que hermoso es ese cuento ♥ Y lo conociste gracias a mi OBVIO jajaja
Te amo, negritnn
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