lunes, 2 de noviembre de 2009

Ahora sus pies son dos pies descalzos que murmuran sobre la arena, mientras la tarde entona una canción callada y desde adentro de sí misma el silencio florece en un crepúsculo que es amanecer y océano, y montaña, y viento, y fuego, y se suceden las noches y los días en una inmensidad que es al mismo tiempo en todas las inmensidades.

[Una mujer alada. Adela Basch]

1 comentario:

Unknown dijo...

Que hermoso es ese cuento ♥ Y lo conociste gracias a mi OBVIO jajaja
Te amo, negritnn