Sin palabras te abrazo fuerte, trato de comprender cómo es que acariciás sueños que no sabés dónde se alojan, dónde te esperan (¿dónde es que estás?), sueños que te mantienen viva. Sin palabras te abrazo fuerte y elevo mi cuerpo en una inmensidad de ideas y de rencores y de esperanzas. Trato de hacerme pequeña, jamás titubeante ni chiquita ni vulnerable, trato de hacerme pequeña, pequeña para dejar espacio en el mundo de la identidad y así recibir a tus nietos que son de todos.

Sin palabras te abrazo fuerte, con mis lágrimas soy responsable de una realidad que nos compone, pero no nos forma ni nos condiciona ni nos hace parte. Estoy de tu lado, aunque con mis manos nuevas trate de borrar la línea que divide ambos bandos para poder así formar algo distinto; con mis manos nuevas te abrazo fuerte y me callo porque todo está en tus ojos de abuela que espera, y espera, y espera...