martes, 5 de enero de 2010

Del que mata y muere.

-Creo que ha llegado la hora de matarte.
-¿Rifle o metralleta?
-A esa pregunta no voy a responder.
-¿Qué podré llevarme yo de tí si me matas?
-Pues tu propia muerte, ese momento exacto te llevarás, momento entre tú y yo, intacto, exacto, exitante. Yo tendré la adrenalina de ir matándote suavemente. El peligro de que no huyas de mí. El placer, la satisfacción.
-¿Qué tendré yo?
-El temor y el deseo de escapar. Las insaciables ganas de vivir un tiempo más...
-No me convense -lo interrumpe.
-...Hasta que poco a poco irás disfrutando tu propia muerte -continúa el verdugo- y ese momento exacto entre lo que es y deja de ser. Sentirás intriga, incertidumbre, luego placer, energía, ganas de nunca dejar de morir. ¿Qué te parece?
-No me convense.
-¿Cómo que no te convense? ¿Por qué?
-Mi situación es de víctima. Jamás me gustó ser presa, siempre adoré ser cazador.
-Yo también podré ser víctima, ¡claro está!
-¿Qué hay de mí?
-¡Tú entonces serás vendugo que me condena y mata! -exclamó sonriente.
-Pues bien... Probemos.


Y juntos fueron quitándose las ropas.

1 comentario:

In the middle of nowhere dijo...

No entendí eran gays? jajaja
muy bueno :)